Para que tu curso online sea todo un éxito la selección del tema y la organización de su contenido serán claves. Así que antes de ponerte a grabar y desarrollar el contenido, es importante que planifiques y desarrolles cada uno de los puntos claves que te explicaremos a continuación.
¿Sabes de qué tema hacer el curso? Busca inspiración y define tu idea
Si aún no tienes decidido qué temática abordar, te proponemos un sencillo ejercicio que te ayudará a decidir. Comienza realizando una tabla con tres columnas: en la columna número uno escribirás “Pasiones”, en la columna número dos escribirás “Habilidades” y en la columna número tres escribirás “Demanda de mercado”.
El próximo paso es completar las columnas honestamente. Para eso, te sugerimos algunas preguntas que deberás hacerte a tí mismo:
Preguntas para completar la columna “Pasiones”: ¿Qué es lo que te gusta? ¿Qué te apasiona?
Preguntas para completar la columna “Habilidades” ¿En qué eres realmente bueno? ¿En qué áreas te destacas? ¿Cuáles han sido tus experiencias?
Preguntas para completar la columna “Demanda de mercado”: ¿Qué es lo que la gente pagaría? ¿En qué te pide la gente que ayudes? ¿Cuáles son las preguntas que te hace la gente?
Luego, comienza a agregar tantas respuestas como puedas a cada columna Una vez que hayas hecho esto, identifica los 2-3 temas principales en los que se cruzan tus “Pasiones”, con tus “Habilidades” y la “Demanda de mercado”.
De esta forma notarás un patrón. Por ejemplo, si tu pasión es la música, tienes habilidad para tocar la guitarra y has impartido lecciones anteriormente, quizás hasta ya cuentas con tu propio centro de capacitación. Verás entonces, como ese patrón te ayudará a definir el tema del curso.
Define la audiencia y su transformación
Ya has identificado tu pasión, tus habilidades y la demanda de mercado, ahora es momento de definir tu audiencia. Debes identificar un público objetivo específico que esté interesado en el tema de tu curso.
Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo de la música y la guitarra podrías hacerte estas preguntas: ¿buscas impactar a adultos que quieran aprender a tocar la guitarra o preferirías enseñar para chicos?, ¿buscas enseñar cualquier ritmo o tienes preferencia por uno en especial?
Definir este público objetivo lo más claro y detallado posible te ayudará a determinar muchos otros aspectos: qué tipo de actividades incluir en tu curso, qué formato de contenido, en qué medios difundir tu curso, con qué tipo de comunicación y el costo posible del curso.
Una vez definas tu público objetivo, debes definir cómo se transformaran. Esta es nuestra manera de referirnos a qué aprenderán tus estudiantes con tu curso.
Tus alumnos llegarán con ningún o muy poco conocimiento sobre el tema, según tú lo definas. Por ejemplo, si eliges enseñar guitarra para adultos, la transformación final pudiera ser “estar preparado para tocar canciones populares de rock nacional”. Saber quién es tu audiencia y cómo se transformará, te ayudará a definir un paso importante, cuál es la propuesta de valor del curso.
Define la propuesta de valor del curso
Crear una propuesta de valor sobre tu curso te servirá de guía durante la creación del contenido para siempre mantener en mente los objetivos.
Trata de pensarlo como un enunciado: Mi curso ayuda a [público objetivo] a aprender sobre [tema elegido] para que ellos [transformación/beneficio]
Esta claridad de enunciado te servirá para comunicar los beneficios que recibirán los estudiantes al inscribirse al curso.
Estructura del índice de cursos
El índice es el primer paso que te ayudará a desarrollar el contenido del curso. Definir el índice no sólo te ayuda a organizarte y que la preparación fluya, también le permite a tus estudiantes conocer sobre los temas que se desarrollarán a lo largo del curso.
1. Traza un mapa de aprendizaje para tu estudiante. – Identifica el punto de partida como Punto A. Luego identifica el resultado final de la transformación como Punto B.
2. Haz un esquema con los pasos de transición necesarios para llegar del Punto A al punto B. Dibuja una tabla para ordenar por objetivos y temas de cada paso hasta llegar al Punto B. De esta forma te aseguras de desarrollar el contenido necesario y siempre mantener el objetivo en mente.
3. Piensa cada paso como una clase. Imagina que contenido deberás crear para desarrollar el tema de esa clase y cumplir el objetivo de ese paso. Puedes pensar el contenido en diferentes formatos: videos, archivos excel, documentos de texto, PDFs, imágenes, audios etc.
4. Agrupa las clases en módulos. De esa manera tus estudiantes percibirán los módulos como objetivos de aprendizaje intermedios hasta llegar al resultado final y lograr la transformación buscada.
Para cerrar
La primera vez te llevará algo de tiempo, pero notarás que estructurar los próximos cursos te resultará mucho más fácil.
Los cuatro pasos enumerados arriba serán de gran ayuda para crear una estructura sólida y desarrollar el contenido del curso siempre con los objetivos en mente.
Recuerda que el buen contenido será la base de tu negocio de cursos online.